domingo, 31 de marzo de 2013

Sálvese quién deba, no quién pueda

Me lanzó al ruedo de los blogs; sabiendo que existen innumerables, muchos muy buenos, ¿qué objetivos busco con este que hoy ve la luz? Desde luego no serán ambiciosos. No poseo el don de la genialidad ni se me ocurren a menudo ideas brillantes. De estos escritores ya existen y da gusto leerlos. La mejor característica que me define es la constancia y dedicación. Mi profesión, como gustaba decir a mi padre, médico de despacho. Me apasiona todo lo relacionado con la seguridad de los pacientes hasta el punto que hace más de década y media, he dedicado muchas horas, recursos y empeño a leer, informarme, formarme y contribuir, de una manera muy modesta, al desarrollo inicial de este movimiento antes imparable, hoy en día muy frenado, de la seguridad de los pacientes. Y es precisamente este freno, esta pérdida de aire que está haciendo que la disciplina comience a mostrar signos disneicos lo que me ha hecho reflexionar y dar este paso adelante. Ante todo pido disculpas. Con modestia. Es probable que mis escritos no aporten mucho a la comunidad científica. No es esa mi pretensión. Gurús tiene esta ciencia. Pero falta mucho de transparencia; de sinceridad; quizás, de llamar a cada cosa por su nombre. O es que podemos permitirnos el que después de una docena de años de furor científico imparable, de inversiones más o menos importantes, de numerosos documentos técnicos al respecto, de múltiples e importantes organismos oficiales, públicos y privados, gubernamentales o no, dedicados a la cuestión, estemos en un punto desconocido, en el que los avances prometidos bien no se ha cumplido bien no se han medido.